Editorial: Reflexión sobre la crisis política en Catriel
Politica
15 de marzo de 2025
Los últimos acontecimientos en Catriel reflejan una preocupante escalada de violencia e intolerancia en la política local. Lo sucedido no es un hecho aislado, sino parte de un patrón que se repite en distintas partes del país, debilitando el diálogo y erosionando la confianza en las instituciones democráticas.
La política, por definición, debe ser el espacio del consenso, del debate constructivo y del respeto a las diferencias. Sin embargo, cuando las disputas personales y partidarias se trasladan a un nivel de enfrentamiento público, lo que se pone en juego no es solo el destino de los involucrados, sino el de toda una comunidad que confió en sus representantes. Gobernar implica responsabilidad, madurez y, sobre todo, vocación de servicio. No se trata de quién tiene la culpa, sino de cómo se solucionan los conflictos sin perjudicar a la ciudadanía.
Los episodios recientes en Catriel han alcanzado un punto crítico, con denuncias, detenciones y un escándalo que ha trascendido a nivel nacional. La violencia, en cualquiera de sus formas, no puede ser la respuesta.
Desde el radicalismo, como desde cualquier espacio que defienda los valores democráticos, debemos repudiar estos hechos y reafirmar nuestro compromiso con el respeto institucional.
Es preocupante cuando quienes comparten un mismo espacio político entran en una espiral de confrontación que solo debilita la credibilidad de la política en su conjunto.
Los problemas internos deben resolverse con madurez y dentro de los ámbitos correspondientes, sin exponer a la comunidad a espectáculos lamentables.
La justicia determinará las responsabilidades legales, pero la responsabilidad política es de quienes hoy ocupan cargos de poder.
La democracia se construye con pluralismo, con debate sincero y con la capacidad de encontrar puntos en común más allá de las diferencias. Hoy más que nunca, Catriel necesita que sus líderes estén a la altura de las circunstancias, que privilegien el bienestar general sobre los intereses particulares y que trabajen por la unidad y el diálogo.
No hagamos de la política un terreno de enfrentamiento estéril. La sociedad espera soluciones, no conflictos. La violencia solo debilita lo que con tanto esfuerzo se ha construido. Que esta crisis sea una oportunidad para reflexionar y corregir el rumbo antes de que el daño sea irreparable, además de expresar la solidaridad para todos quienes sufrieron las consecuencias de la violencia.
Nicolas Diaz (Pte UCR Catriel)