Definir el futuro de la Ruta 151: del reclamo por seguridad a la agenda de desarrollo regional

La Ruta Nacional 151 dejó de ser solo una carretera deteriorada para convertirse en el eje de una discusión política, económica y social que atraviesa a La Pampa y Río Negro. En 25 de Mayo se desarrolló el Foro Regional Corredor Ruta Nacional 151 – Región Vaca Muerta Norte, donde intendentes, legisladores, gremios, cámaras empresariales y vecinos coincidieron en un mensaje común: sin una ruta segura y plenamente operativa, no hay integración territorial ni desarrollo productivo posible.

El encuentro puso el foco en el rol estratégico de la 151 como corredor hacia Vaca Muerta y como columna vertebral para las economías locales, pero también en el abandono de la traza por parte del gobierno nacional. Funcionarios pampeanos y rionegrinos remarcaron que el deterioro del asfalto, la falta de mantenimiento y la ausencia de inversiones no solo encarecen la logística del sector energético y agroindustrial, sino que comprometen la vida cotidiana de miles de personas que la utilizan para trabajar, estudiar, acceder a la salud o visitar a sus familias.

Con la frase “defender rutas es defender derechos”, el ministro de Obras y Servicios Públicos de La Pampa, Alfredo Intronati, sintetizó el espíritu del foro: reclamar obras ya no solo como una cuestión de infraestructura, sino como una demanda de ciudadanía. En esa línea se expresaron el diputado nacional Martín Ardohain, los intendentes de 25 de Mayo, Leonel Monsalve; de Catriel, Daniela Salzotto; de Puelén, Mario Rebolledo; de Algarrobo del Águila, Oscar Gatica; de Santa Isabel, Guillermo Farana; y de La Reforma, Elías Colado, junto a concejales, técnicos y representantes de los Concejos Deliberantes de 25 de Mayo y Catriel.

La presencia del Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Río Negro, Neuquén y La Pampa, a través de su secretario general adjunto Ernesto Inal, y de cámaras empresariales y sectores productivos, reforzó la idea de que la 151 es el “cuello de botella” de una región que quiere crecer, pero que hoy paga con accidentes, demoras y sobrecostos la falta de inversión. Vecinos y familias directamente afectadas por el estado de la ruta aportaron el costado humano: detrás de cada bache hay historias de siniestros, pérdidas materiales y temor permanente al momento de salir a la ruta.

El foro trabajó sobre cuatro ejes: infraestructura y conectividad (diagnóstico de la traza y proyectos de mantenimiento, ampliación y modernización); desarrollo productivo y logístico (potencial agroindustrial, energético y turístico y su vínculo con corredores bioceánicos); sostenibilidad ambiental (mitigación de impactos del tránsito pesado y de la actividad hidrocarburífera) e integración regional y cooperación institucional (coordinación entre provincias, municipios y Estado nacional, y fortalecimiento de instancias público‑privadas).

Más allá de las diferencias políticas, los participantes coincidieron en que la Ruta 151 debe ser asumida como una política de Estado: una obra que excede gestiones y calendarios electorales. La consigna que sobrevoló toda la jornada fue clara: mientras la Nación mira para otro lado, las provincias afectadas construyen una agenda común para hacer de la 151 no solo una ruta transitable, sino la puerta de entrada a un modelo de desarrollo que incluya a los pueblos del corredor y no los deje a la vera del camino.